En el capítulo XIV de la Bhagavad Gita, Krishna explica lo siguiente sobre los tres gunas:
XIV.5. Pureza, pasión e inercia: estas cualidades nacidas de la Naturaleza, oh Arjuna de brazos poderosos, atan firmemente al cuerpo al Encarnado, al Indestructible.
XIV. 6. Entre ellas, Sattva, que por su pureza es luminoso y saludable, esclaviza por el apego a la felicidad y el apego al conocimiento, oh impecable.
XIV. 7. Sabe que Rajas tiene la naturaleza de la pasión, es el origen de la sed (de gozo sensible) y el apego. (Rajas) ata con fuerza al encarnado, oh Arjuna, por el apego a la acción.
XIV. 8. Sabe que Tamas nace, por el contrario, de la ignorancia, que engaña a todos los seres encarnados. Los ata fuertemente, oh Arjuna, mediante la negligencia, el sueño y la indolencia
Shrimad Bhagavad Gita, diálogos con lo eterno. Swami Sivananda
¿Qué quiere decir esto si lo llevamos a nuestra vida?
Vivimos en la acción: trabajar, viajar, amar, llorar. Tenemos objetivos de vida que vamos buscando: unas vacaciones, un fin de semana, un viaje, un coche, una familia… La fuerza de acción que nos mueve a esto es Rajas: es el origen de nuestros deseos y nos mueve hacia ellos. Muy a menudo creemos que el sentido de nuestra vida es satisfacer esos objetivos.
¿Pero qué pasa con aquellos que no hacen más que satisfacer sus deseos y apegarse a ellos a lo largo de su vida? Para buscar una respuesta, podemos preguntarnos qué pasa cuando Rajas pasa a segundo plano: cuando los objetivos de vida desaparecen, ¿hacia dónde tendemos?
A menudo tendemos hacia Tamas: dejamos de encontrar un sentido a la vida. Nos hundimos en la desgana y la desesperación (en mayor o menor nivel), nos preguntamos qué sentido tiene la vida: vemos más claramente que el vacío que llenábamos con nuestras acciones era únicamente eso: vacío.
Cuando estamos en los primeros estadios de nuestra vida vivimos movidos por la fuerza de Rajas, en los últimos estadios de nuestra vida, Tamas toma el protagonismo. Una de las personas a las que más quiero en este mundo siempre me dice: «Yo ya lo he vivido todo, he viajado, he tenido hijos, he estudiado, he trabajado… y ahora siento que ya no tengo nada que hacer. Nada me motiva.»
¿Qué camino seguir entonces? ¿No es moverse por la acción y los objetivos de vida un proceso natural?
Sí, lo es. Rajas y Tamas son necesarios, son inherentes a nuestra existencia. Pero la fuerza que nos da Rajas debemos enfocarla hacia el sentido de nuestra vida, hacia un sentido más grande que un coche o que un viaje.
Si vivimos enfocados hacia ese sentido más grande, si cada acción que realizamos la hacemos siempre con la visión puesta en Ello; entonces, cuando Rajas pierde protagonismo, tenderemos hacia Sattva: un equilibrio que nos permitirá vivir más en armonía, sin necesidad de acción / recompensa continuas.
Y esto se consigue con la práctica, con la observación, con un trabajo continuo: saber discernir qué es un objetivo pasajero y qué objetivos van hacia aquello más grande, hacia la felicidad profunda, calmada, satisfecha.
XIV.19. Cuando el sabio no ve más agente que los Gunas y conoce. Eso que es más elevado que ellas, llega a mi Ser.
Reconoce donde estás. Enfócate. Actúa. Duerme. Medita. Vive.